Zanahary
En las tradiciones mitológicas malgaches, se presenta a Zanahary como la deidad suprema y única, el arquitecto de la existencia y poseedor de un conocimiento omnisciente. Los devotos de esta creencia mantienen la posibilidad de entablar diálogos con Zanahary, aunque la respuesta audible de este ser divino les está vedada. De manera alternativa, se reconoce a Andriamanitra, cuya traducción podría ser interpretada como "el señor fragante", como otra manifestación del dios único.
En el tejido invisible que compone la totalidad de la realidad, ya sea en formas animadas o inanimadas, existen elementos imperceptibles para los ojos humanos. Aunque estos elementos pueden ser susceptibles a la corrupción, fueron concebidos por Zanahary con la finalidad de asistir a la humanidad. Un ejemplo ilustrativo sería el caso de un individuo que se aventura al bosque en busca de leña y se encuentra con que su hacha rebota al golpear un árbol. En este contexto, la sabiduría local sostiene que este sistema fue meticulosamente diseñado para beneficiar tanto a las personas como al propio bosque. En caso de persistir en el intento de cortar el árbol, la consecuencia podría ser fatal, revelando así la misericordia de Zanahary y su empeño en resguardar la vida humana. Es importante destacar que Zanahary se erige como la única entidad en la jerarquía espiritual que mantiene una bondad incorruptible, perpetuamente enfrentándose a aquellos elementos espirituales alineados con el mal puro.